miércoles, 19 de enero de 2022

Augurios y auspicios o la adivinación entre los romanos

 

Un ave solo puede ser de buen augurio. Si ves alguna cruzando el cielo de tus sueños o de tus pensamientos, significa que se te deparan buenos auspicios.


Podemos hablar realmente de una cultura adivinatoria típicamente romana? Nada menos seguro, porque este pueblo, que tuvo la ocasión de enfrentarse a culturas muy diversas en muchas de sus colonias, aunque primero se inspiró mucho en la cultura griega, aparece más bien como un cruce de creencias y costumbres múltiples y variadas, algunas de las cuales integró tal como eran, otras las interpretó a su gusto, a otras, hacia las que sentía mucha hostilidad y que habría querido prohibir, las toleró con el fin de preservar la paz en las regiones de su inmenso imperio, dando su particular sentido a la noción de civilización.

Puesto que si los romanos dominaron durante mucho tiempo, sin duda fue porque pusieron un poco de orden, reuniendo a pueblos de creencias dispares, no siempre con la misma tolerancia, los cuales acabaron por autodescubrirse, comprenderse entre ellos y a veces unirse, ya que estaban bajo el yugo del Imperio romano y debían someterse a la ley romana o porque juntos se levantaban contra el imperialismo romano. En todo caso, muchos de estos pueblos, algunos de los cuales formaron el pueblo celta, se sometieron a la ley romana e hcieron concesiones para adoptar las costumbres menos bárbaras, por ejemplo la abolición de los sacrificios humanos, que los romanos detestaban y que, por toda Europa, se practicaban hace menos de 2.000 años. Únicamente los druidas, que constituían una categoría extremadamente poderosa, elitista y misteriosa, preservaron sus ritos y creencias, y supieron resistir a todas las presiones, hegemonías o intimidaciones de los romanos. Finalmente, los cristianos que siguieron las huellas de los emperadores romanos triunfaron ahí donde sus predecesores fracasaron y se inspiraron, entonces, en muchos ritos y reglas de los druidas para crear sus propias órdenes religiosas. Ya que, a fin de cuentas, únicamente una religión puede vencer y sustituir a otra. En efecto, la historia nos enseña que una nación, por más fuerza militar y política que tuviese, jamás ha acabado con una creencia religiosa. En cambio, a menudo ha sucedido lo contrario. Señalemos que por esta razón los dirigentes de la actual China temen tanto el despertar de determinadas creencias religiosas en su vasto país, el cual recordemos que está formado por más de mil millones de hombres y mujeres que, al contrario de lo que se cree, están lejos de tener una cultura única en común.

Finalmente, para completar, precisemos que, astrológicamente, la entrada de Urano en Piscis en el año 2003 -que permaneció en este signo hasta el año 2011- y aún más la de Neptuno en este mismo signo en el año 2012 -que permanecerá en él hasta el año 2025- permiten vislumbrar un aumento de la popularidad de todas las creencias religiosas, porque Urano y Neptuno se consideran indicadores de las grandes corrientes colectivas.

AUGURIOS Y AUSPICIOS ROMANOS


Los romanos se preguntarían si esto sería un buen augurio. En efecto, aunque hoy acostumbramos a hablar normalmente de buen o mal augurio, los romanos no podían imaginar que un augurio fuera malo, porque el mismo nombre de augurio designaba exclusivamente un presagio favorable o un saceauspirdote y adivino que se entregaba a trabajos adivinatorios con fines benéficos. Así, encontramos en augur, augurium, el latín augere que es la raíz del verbo aumentar, subrayando así que el augurio que un sacerdote o adivino romano revelaba debía sistemáticamente aumentar las oportunidades de aquél o aquélla a quien se dirigía el presagio. Por eso, podemos decir que un "buen augurio" era una redundancia, para los romanos, evidentemente.

En cuanto a los famosos auspicios, bajo el consejo de los cuales siempre deseamos estar, en Roma se referían exclusivamente a los presagios, previsiones y predicciones relativos al vuelo de las aves y, concretamente, una vez más, al sacerdote y adivino que se encargaba de examinarlos. En efecto, auspicio deriva de avis, ave, y spicere, examen. Y auspicium, que se formó a partir de estas dos palabras tan antiguas, designaba un presagio feliz y aun, podríamos añadir, el presagio feliz por excelencia. El augur, es decir, el sacerdote y adivino, se iba a la cima de una montaña desde la salida del Sol. Durante todo el día hasta que caía la noche, escudriñaba el cielo. Inmóvil, observaba y examinaba el vuelo de algunas aves, los gritos y los cantos de otras y designaba una zona determinada del cielo con su bastón, en la que fijaba su mirada sin descanso, teniendo en cuenta tanto los vuelos y gritos que se producían a su derecha como los que veía o creía ver a su izquierda.

Los primeros se consideraban nefastos,los segundos favorables. Y después de analizar los pros y los contras , finalmente presentaba sus auspicios, que siempre eran favorables. Como vemos, augurio o auspicio, el sacerdote y adivino romano solo se interesaba por los presagios favorables y afortunados, lo que dice mucho de la mentalidad de este pueblo, que parece que solo veía las cosas desde un punto de  vista positivo, a imagen de las cualidades que se atribuían a su dios Júpiter, que ocupaba un buen lugar en el zodíaco y que estaba considerado el astro de la alegría de vivir, del optimismo, de la generosidad y de la expansión. Ahora bien, no hubo nadie más expansionista y colonizador que los romanos, tanto para lo peor como para lo mejor, pues, con la distancia, muchos historiadores se recrean hablando de sus emperadores, que tienden a considerar genios, aunque no debemos olvidar que también fueron hombres muy sanguinarios si miramos la historia.


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